En el año 2004 conmemorando el cincuenta aniversario de la fundación del 25 de Julio F. B. C., el Señor Francisco Martínez Roa lanza ''La Historia Verdadera de los orígenes del 25 de Julio F. B. C.''
El club 25 de Julio es de Santiago de las Misiones, distrito jesuita ubicado a 275 km de Asunción.
Francisco Martínez Roa en compañía de Virgilio ''Nenito'' Amarilla, Teodoro Aquino, Carmelo Acosta, Juanita Fleitas, entre otros, tuvieron la idea y dieron el puntapié inicial para poner en marcha un club deportivo.
Rescatamos el primer párrafo del mismo:
''Sembremos, que en algún lugar nos bendecirá la lluvia'', reza un antiguo aforismo que nos mueve a reflexión. Esa misma actitud tuve junto a varios jóvenes hace cincuenta años, para fundar el ''glorioso 25 de Julio F. B. C.'' Sembramos una ilusión y un ideal deportivo en la conciencia y el corazón de centenares de santiagueños de la bravía tierra misionera. Corrían los primeros meses del año 1954, cuando comienza a germinar en mi mente la idea de fundar una institución deportiva, capaz de aglutinar a todos los sectores de la comunidad, sin distinción de clase social, cultural, económica y política. Mi deseo era que esa causa deportiva, a través de un club, sea un sentimiento arrollador, capaz de hermanar a toda la comunidad santiagueña (…)
Ahora saltamos a una sección jocosa del libro, las anécdotas.
Comunicaciones telegráficas intercambiadas entre el Alcalde Policial y el Delegado de Gobierno, relacionada con un cadáver encontrado en la vía pública.
- Del Alcalde Policial al Delegado de Gobierno:
Comunico a esa alta autoridad haber encontrado en la vía pública un cadáver completamente muerto.
- Del Delegado de Gobierno al Alcalde Policial:
Acuso recibo de su telegrama relacionado al cadáver complemente muerto encontrado en la vía pública STOP sírvase iniciar una profunda investigación con el mayor sigilo y comunicar el resultado.
- Del Alcalde Policial al Delegado de Gobierno:
Comunico a esa superioridad, haber realizado una profunda investigación de acuerdo a las instrucciones recibidas y como resultado procedí al arresto del mayor sigilo, quien se encuentra recluido bajo severa custodia.
Los alcaldes policiales de todas las localidades tenían instrucciones muy precisas de comunicar cualquier novedad registrada en su jurisdicción. Como puede verse, en este caso, pagó con la prisión na persona inocente, a quien se lo conocía con el apode de ''mayor sigilo''. Todo sucedió a raíz del tenor del telegrama del Delegado de Gobierno, quien ordenaba al Alcalde que ''iniciara una profunda investigación con el mayor sigilo'', mas bien consistía en precaución, reserva, prudencia y de ninguna manera se refería a persona alguna.
