La cuestión es ¿cuál es el límite? Todos en algún momento poluimos de una manera u otra, pero cuál es el límite, ¿no nos damos cuenta cuando ya estamos pisoteando los derechos del otro? Al parecer no, y gran ejemplo es aquel motociclista que felizmente se cree todo un héroe del biciclo al andar con su moto sin silenciador.
Más conceptos sobre la polución sonora y lo que envuelve al tema ya lo expusimos
http://chyryry.blogspot.com/2011/07/polucion-sonora.html
http://chyryry.blogspot.com/2011/07/polucion-sonora_25.html
Ahora, el progreso y todo lo que ello conlleva nos llevó a tener que recurrir a métodos y más métodos de seguridad, uno de ellos es la alarma sonora, que evidentemente ejerce un efecto, no solo al villano, sino también a un radio considerado de la fuente. Sería interesante atacar el problema de raíz, invertir en educación y salud, así disminuir la tasa de delincuencia, pero los gobernantes no entienden de estas cosas. Entonces, el tema de las alarmas es un mal necesario, pero por lo menos ajustémoslas bien, y en lo que se pueda disminuir el ruido, disminuyámoslo.
A propósito, una película de esta temática (aunque, digamos, se esperaba más de la misma)
No hay comentarios:
Publicar un comentario